Mina Guli (Melbourne, Australia, 1971), es activista y defensora del agua, corredora de ultramaratón y CEO de Thirst, una organización sin ánimo de lucro dedicada a luchar contra la escasez de agua en el mundo. Guli es una líder global y una aventurera apasionada que encontró su propia forma de movilizar y concienciar al mundo sobre la necesidad de un consumo responsable de agua: correr.  «Los expertos predicen que, en 2030, nuestra demanda de agua será un 40% mayor que los suministros disponibles», explica. ¿Su compromiso? Inspirar al mundo con sus hazañas para que todos descubramos que tenemos el poder de ayudar en esta crisis mundial: «Cada uno de nosotros puede marcar la diferencia. Juntos podemos cambiar el mundo», sentencia.

«Si puedes encontrar tu pasión, puedes encontrar tu poder»
La primera campaña de ultramaratón de Mina comenzó en el desierto de comenzó en el desierto de Tabernas, Almería. Fuente: IG @minaguli

La historia de Mina Guli comienza hace varias décadas en una finca australiana. Mina era una niña de trenzas que disfrutaba jugando y ayudando a cultivar la tierra. Pronto tuvo claro que lo suyo no eran los deportes, ya que carecía de coordinación: «No sabía correr, no sabía nadar y era horrible montando en bicicleta. Era esa niña del rincón a la que nadie elegía para su equipo deportivo», recuerda. La joven Mina decidió centrarse en sus estudios y se propuso llegar a ser médica para viajar a África y cuidar de los niños enfermos. Sin embargo, cuando llegó el momento, sus notas finales no fueron lo suficientemente altas y tuvo que optar por estudiar ciencias en la universidad. Allí descubrió sus dotes para el liderazgo, participando en los clubes y en el sindicato de estudiantes.

Con 22 años, tuvo que enfrentarse a un terrible contratiempo: un accidente en la piscina terminó con una lesión muy seria en su espalda, tanto que los médicos dijeron que no podría volver a correr. Este diagnóstico despertó una inquietud dentro de ella: «¿Quién es el único que puede ponerme un límite, si no soy yo? Soy yo quien dice lo que puedo y no puedo hacer», se dijo. La joven australiana vivió aquel episodio como una oportunidad de redefinir sus límites y quiso demostrarse a sí misma que podía desafiar las probabilidades. Se volcó en la natación, esta le llevó a la bicicleta y, esta, a correr. ¡Todavía no podía sospechar que el deporte jugaría un papel decisivo en su vida!

«Hacer algo que nadie ha hecho antes requiere una enorme pasión, creencia y compromiso»
"Mi objetivo ahora es ayudar a resolver la crisis mundial del agua", dice Mina Guli. Fuente: IG @Minaguli

Comenzó a trabajar en un bufete de Melbourne, pero pronto logró una gran oportunidad en el Banco Mundial e inició su periplo geográfico: Washington D.C., Londres, Pekín… Mina se interesó por el cambio climático y decidió cofundar Peony Capital, una empresa que invertía en proyectos respetuosos con el clima. Su trabajo en ella le valió ingresar en los Jóvenes Líderes Globales del Foro Económico Mundial. Fue entonces cuando tomó conciencia del problema del «agua invisible», la que se consume en bienes cotidianos sin que seamos conscientes: «Un par de zapatos, unos vaqueros, una chaqueta, hablar por teléfono… Todas esas cosas requieren más agua de la que una persona bebe en toda su vida», explica. Mina supo entonces que tenía que hacer algo más: «Mi vida ha cambiado.  Mi objetivo ahora es ayudar a resolver la crisis mundial del agua», sentencia.

En marzo de 2012, creó la organización sin ánimo de lucro Thirst que lucha para proteger los recursos hídricos del planeta, un movimiento que se extendió rápidamente por toda China, llegando a más de un millón de personas. Pero Mina quería ir más lejos y crear una hazaña que enfocara la atención del mundo sobre la crisis mundial del agua. Y así nació la campaña de ultramaratón #Run4water. Mina se comprometió a correr 40 maratones a través de 7 desiertos de 7 continentes durante 7 semanas. En marzo de 2016 logró completar aquel reto, «una de las hazañas más desafiantes de mi vida». ¡Fue una primicia mundial! Mina fue nombrada en lista los 50 líderes mundiales de Fortune, junto a personalidades como el Papa, Angela Merkel o Jeff Bezos. Mina logró su objetivo de captar la atención mediática para centrarla en lo más importante: «No he hecho esto porque sea corredora o atleta. Lo hice porque quería aprovechar la energía que nos une: el agua», declaró.

 Los expertos predicen que en 2030 nuestra demanda de agua será un 40% mayor que los suministros disponibles. Estamos literalmente #RunningDry

Tras aquel gran logro, Mina y su organización pusieron la vista mucho más lejos. En noviembre de 2018, Mina asumió #runningdry, un reto épico: completar 100 maratones en 100 días. Con esta campaña pretendían concienciar a todas las personas para ahorrar agua y «cambiar la forma en que todos usamos, consumimos y pensamos en el agua», explica.  Por desgracia, en enero de 2019, la corredora y activista sufrió la fractura de su fémur mientras realizaba la carrera 62, tras 62 días corriendo. Aún así, Mina explicaba que no tenía pensado abandonar su reto: «Hacer algo que nadie ha hecho antes requiere una enorme pasión, creencia y compromiso», pero finalmente, por motivos médicos, tuvo que permitir que su equipo tomara el relevo y completase el reto. Lejos de perder fuerza, el movimiento #runningdry se hizo más fuerte.

«Nunca habría imaginado mi vida actual. Me siento honrada de haber llevado historias inspiradoras desde la primera línea de la crisis del agua a personas de todo el mundo», asegura Mina. Hoy, sigue adelante con nuevas campañas y proyectos, como #sweat4soap, una campaña para corredores de todo el mundo con la que se donarán cien mil pastillas de jabón a comunidades necesitadas. Desde Sportfem, celebramos sus iniciativas y suscribimos las palabras de esta inspiradora mujer que supera cada día sus propios límites para construir un mundo mejor: «Quería hacer algo que estuviera tan fuera de mi zona de confort que mostrara a la gente lo mucho que podemos conseguir cuando perseveramos», concluye. 

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