El término graffiti viene del griego “graphein”, que significa escribir. Un concepto algo alejado de la realidad, en la que usamos este término para referirnos a las inscripciones o pinturas que se graban o pintan de forma anónima en paredes públicas.

 

En los años setenta, en las calles de barrios marginales de Estados Unidos, el graffiti nace como una ramificación de la cultura hip-hop. Los primeros artistas urbanos afloraron en lo que se conoce como la cuna del street art: Nueva York. Una disciplina que no entiende de géneros y que responde desde tiempos inmemoriales a la necesidad humana de dejar huella en el mundo.

 

Creatividad por un tubo

En este contexto, Mireia Serra (Lleida, 1990), que es conocida como Lily Brick, nombre artístico que toma prestado en honor a la que fue la eterna musa del constructivismo, no es una grafitera al uso. En 2015, tras años buscando la estabilidad profesional como diseñadora publicitaria y creativa, Mireia topó por casualidad con lo que se convertiría en su pasión.

 

La catalana tuvo su primera toma de contacto con el graffiti cuando trabajaba en una imprenta. Fue gracias a un cliente relacionado con el street art que, viendo el gran potencial artístico de la joven, la invitó a probar su creatividad a golpe de spray.

 

Hoy, casi cinco años después de ese día, Mireia se ha consolidado como un referente en el arte urbano español,  conquistando territorio internacional al pintar murales por encargo en África, Holanda o Alemania.

 

A consecuencia de su gran proyección, la Agencia Espacial Europea (ESA) la invitó al concurso internacional Graffiti without gravity en 2018, donde quedó tercera. Actualmente, tiene en sus planes visitar Los Ángeles, Japón y Dinamarca para extender este arte por todo el mundo.

Mural de Lily Birk en Puigròs, Lleida. (Foto de su página web https://www.lily.cat)

Arte que embellece el paisaje

 

En el proceso de convertir su pasión por el street art en un estilo de vida, Lily buscaba espacios rurales que le transmitiesen algo especial, pidiendo permiso a los propietarios en cuestión antes de plasmar su creatividad en los muros. Una manera de mejorar su técnica de forma autodidacta, dejando obras de arte efímeras, que por las inclemencias del tiempo duran unos diez años, y que se adaptan al entorno en paisajes de toda España. “Prefiero los entornos rurales por la tranquilidad que se respira. Aquí solamente se oyen pájaros, no hay gente gritando ni coches, como mucho se oye el viento silbar.” afirma Lily Brik.

Mural de Lily Brik en Barcelona. (Foto de su instagram @lily.streetart)

Mujeres que pintan mujeres

Nuestra protagonista tiene un estilo único. Un híbrido entre el Art Nouveu, el Modernismo y el Cómic, que se inspira en el cromatismo de las obras de Rembrandt y Caravagio, presentando en su mayoría a mujeres fuertes impregnadas por un halo de misticismo.

No es casualidad que en su obra destaquen las figuras femeninas. En la historia personal de Mireia, ella misma se cuestionaba si sería capaz de llevar adelante este reto. Habiendo demostrado que no solo era capaz de conseguirlo, sino que además su obra brilla con luz propia, continúa presentando a mujeres que pueden conseguir todo lo que se propongan. “Pinto mis murales para fortalecer a la mujer”.

Y es que, esta maestra del spray convierte paredes en ventanas a las que asomarse, presentando el graffiti como un arte que abre el debate entre lo efímero y eterno de los lugares y de nuestra propia existencia.

Mural de Lily Birk en Murcia. (Foto de su página web https://www.lily.cat)

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