Olga Viza (Barcelona, 1958) será siempre el rostro y la voz que nos contaba las noticias en televisión, deportivas o no, durante la década de los 90. Es una de las principales estrellas de la comunicación de nuestro país y, como periodista deportiva, fue la narradora incombustible de seis Juegos Olímpicos, entre ellos los inolvidables Juegos de Barcelona 92. Relatora de Mundiales de Fútbol, F1, Motociclismo, torneos de gimnasia y golf, Olga siempre ha destacado por su profesionalidad, cercanía y complicidad, unos atributos con los que se ha ganado, no solo la fidelidad, sino también el cariño y la simpatía de millones de espectadores.  

Hoy le pedimos que nos guíe en un recorrido por sus recuerdos olímpicos, los momentos más memorables de las Olimpiadas que presenció en primera fila. Nadie como ella para ilustrarnos la evolución del deporte femenino español, íntimamente ligada a los Juegos de Barcelona 92. ¡Un emocionante viaje por la historia olímpica de la mano de una testigo excepcional!

Olga Viza nos guía en un recorrido por sus recuerdos de las Olimpiadas que cubrió: «Los Juegos Olímpicos tienen magia, tienen todo el peso de la historia detrás»

En su andadura profesional, Olga Viza ha podido acompañar a deportistas españoles de varias generaciones en su aventura olímpica. Ha presenciado sus victorias y sus derrotas, tal vez por ello sabe mejor que nadie por qué los Juegos Olímpicos son una cita deportiva incomparable, el sueño dorado que ambicionan atletas de todas las culturas y naciones: «Imagina que eres una corredora de 100 metros, una atleta, que te pasas cuatro años de tu vida levantándote a las 6 de la mañana, estando en la pista a las 7, cuidando el gimnasio, la alimentación…  Llega un día en el que te pones en un estadio lleno de gente, en los tacos de salida. En esos tacos, te lo juegas todo: tu estado anímico, tus contratos, tu posición en la historia de tu deporte, el sueño que tenías de niña… Si fallas, tienes que esperar otros cuatro años, en el mejor de los casos. La competición en los Juegos tiene ese plus de decisión casi definitiva para quienes van a ganar una medalla», explica.

«Pero ser olímpico significa también otra cosa», prosigue, «significa que te meten en un avión con 130 deportistas de tu país con los que no te ves muy a menudo, te meten en una villa en la que dices: ¡Anda, pero si ese que está cogiendo las acelgas es Usain Bolt! ¡Y el que va con la manzana es Pau Gasol! ¡Anda, si es Djokovic! Y tú formas parte de esa ciudad selecta porque, si no tienes méritos propios, no estás ahí. Los deportistas hablan siempre con enorme emoción de la Villa Olímpica. Incluso a Rafa Nadal le hacía una ilusión tremenda, ¡es vivir el deporte en estado puro! Hay más de 20 mil personas. Están todos, de todos los deportes», concluye.

Barcelona 92 fue un punto de inflexión para el deporte femenino español que Olga vivió intensamente: «¡Es que veías entrar a mujeres con medallas!»

«Para mí, las olimpiadas más especiales fueron las de Barcelona 92, me impliqué absolutamente en todos los sentidos«, confiesa. Junto a Matías Prats y el resto de compañeros de Televisión Española, Olga Viza fue la responsable de relatar lo que ocurría en el Estadio Olímpico de Montjuic. Sus mejores recuerdos tuvieron lugar entonces: «Estaba sentada allí con Matías, en la ceremonia de apertura, y hubo dos o tres momentos que dices, ¡vaya privilegio! Cuando entró la delegación española y el estadio se puso en pie, o cuando Antonio Rebollo lanzó la flecha. Piensas, ¡qué grandes son los que han hecho esto! Yo me sentí muy orgullosa de la gente, de lo que se había planteado para mostrar al mundo», recuerda.

La presentadora seguía todo lo que ocurría desde el Centro de Prensa y, curiosamente, pudo ver muy poco en vivo.  Por la tarde, en el magacín que resumía la jornada olímpica, Olga Viza y Matías Prats recibían a los deportistas más sobresalientes para entrevistarlos. En aquel plató vivieron momentos de gran emoción: «Recuerdo cuando se abrió la puerta y entró un pelotón de tías con medallas de oro colgadas, que era la selección de hockey hierba, y también el día en que llegó la selección femenina de gimnasia rítmica, que no habían conseguido nada pero, ¡con qué alegría te contaban su experiencia olímpica! » Aquellos juegos fueron un extraordinario punto de inflexión para el medallero femenino, nos cuenta, gracias al programa ADO que les permitió a todos, ellos y ellas, prepararse en condiciones óptimas. «Nos hizo mucha ilusión el día en que Arancha Sánchez Vicario llegó con la medalla olímpica colgada. ¡Fue espectacular! O Miriam Blasco, la primera medalla de oro del deporte femenino español en la historia de los Juegos Olímpicos. Se había muerto su entrenador dos meses antes, sus lágrimas en el podio eran por él. Fue un momento muy poderoso «. En el 92, Blanca Fernández Ochoa inauguraba el medallero femenino español con un esperadísimo bronce en los Juegos de Invierno y, aquel verano en Barcelona, fueron ocho las medallas que las españolas se colgaron, una imagen totalmente nueva para la época: «¡Es que veías entrar a mujeres con medallas!», subraya Olga. Esto suponía una grata noticia para la periodista y para todos, ya que, hasta entonces, la participación femenina en las Olimpiadas había sido muy minoritaria. Frente al 28,8% que participaron en Barcelona 92, hoy podemos celebrar que Tokio 2020, con un 48%, son los Juegos con mayor participación de mujeres atletas hasta la fecha. 

De los grandes deportistas a los que siguió, Olga aprendió asumir las derrotas y disfrutar las victorias, «algo que todos tenemos que aprender viendo deporte»
Miriam Blasco finaliza el combate en el que se declara campeona olímpica. Fuente: Facebook COE

El momento más duro que vivió en las Olimpiadas fue años antes, al lado de Blanca Fernández Ochoa en Canadá, en los Juegos Olímpicos de invierno de Calgary 1988:  «Yo estaba encargada de pegarme a ella en cuanto llegara y seguirle los pasos, porque Blanca era la favorita para ganar una medalla en el slalom gigante. Llegó el día y, en la primera manga, Blanca fue primera, yo estuve con ella mientras visualizaba con los ojos cerrados la segunda manga«, explica. Aquel día, Blanca Fernández Ochoa se cayó a las puertas de la meta, perdiendo, por tanto, la medalla de oro que ya rozaba con los dedos. Aquellos momentos se grabaron a fuego en la memoria de la periodista debido a la fuerza de las emociones que vivió: «Blanca dijo a la prensa algo que había pensado para quitarse el dolor de encima: No he tenido suerte pero tengo salud, gente que me quiere, éxito… Después, me abrazó llorando. Tener a una deportista que acaba de perder una medalla de oro apoyada en tu hombro, llorando, aún con los esquís puestos casi… Yo llevaba no sé cuántos días pegada a ella, la conocía desde hacía muchos años y ese momento para mí fue… Su dolor era muy contagioso», recuerda.

De Blanca y de otros grandes deportistas a los que siguió, Olga aprendió a asumir las derrotas y disfrutar las victorias, «algo que todos tenemos que aprender viendo deporte», comenta. En ocasiones, se trata de golpes como el que encajó Carolina Marín cuando se lesionó, varias semanas antes de Tokyo 2020, y tuvo que anunciar que no podría participar: «Es increíble cómo una campeona que iba al oro directa, a 55 días de los Juegos, se queda sin ir. Es en esos momentos cuando yo he aprendido, al ver cómo los deportistas lo encajan. Son gente que tiene la cabeza muy preparada, sobre todo, para perder», reflexiona.

Su peor momento en Olimpiadas fue presenciar la caída a las puertas de la meta de Blanca Fernández Ochoa cuando rozaba el oro en Calgary 1988: «Se apoyó en mi hombro y se puso a llorar»

Cuando Olga Viza empezaba, el deporte femenino español apenas existía, las deportistas que trascendían eran verdaderas excepciones. A través de los años y desde primera fila, la periodista catalana ha sido testigo de una gran evolución en el deporte femenino en nuestro país. Un largo camino, partiendo «de la invisibilidad absoluta, a lo que estamos viviendo». Sobre la situación actual, lo tiene claro: «Empezamos a tener ciertas condiciones, pero yo no cantaría victoria en ningún caso».

El primer reportaje que le encargaron en su vida profesional, en Televisión Española, fue sobre la deportista Pepita Cuevas. Olga reconoce que ni ella sabía entonces de quién se trataba: «Fue la primera campeona del mundo en un deporte que ha tenido este país y nadie sabe quién es. Era una patinadora de velocidad que fue cinco veces campeona del mundo». Nos cuenta que el periódico El Mundo Deportivo la nombró «Mejor deportista del año» dos veces, 1965 y 1967, junto a Manolo Santana y Pedro Carrasco. «Manolo Santana, todo el mundo sabe quién es», afirma, «pero, Pepita Cuevas, estoy segura de que es la primera vez que escuchas su nombre», afirma convencida.

Se declara seguidora incondicional de la piloto de rallies, Michèle Mouton, «una mujer que era capaz de ganar un rally, con coches muy poderosos», y de las grandes tenistas que emergieron en los ochenta: «Con Stephie Graff  y Martina Navrátilová yo creo que la gente se acostumbró a admirar a las deportistas pero, a partir de ahí, nos quedamos en casos particulares, porque las mujeres arrancábamos de mucho más atrás y había un vacío extraordinario», comenta. El boom del 92 en España lo vivió muy de cerca, por eso atesora anécdotas que evidencian la situación que vivía el deporte femenino de la época, como esta sobre la selección de hockey sobre hierba: «Hacían sesiones de entrenamiento para los Juegos con aplausos grabados, para que se acostumbraran a jugar con ruido, porque a sus partidos solo iban la familia, el novio, alguna amiga… Les ponían grabaciones con aplausos, gritos de ánimo, etc. ¡Y todo esto fue anteayer!»

Su primer reportaje en TVE fue sobre Pepita Cuevas, la primera española campeona del mundo en alguna modalidad deportiva que logró cinco títulos mundiales de patinaje de velocidad
Pepita Cuevas compitiendo en el Campeonato Mundial de Patinaje de Velocidad en Barcelona. Fuente: Instagram @lafosbury

Las difíciles circunstancias en las que está teniendo lugar Tokio 2020 han obligado a celebrar las Olimpiadas sin público, algo fundamental para Olga: «Los JJ.OO. no solo están en los recintos deportivos, están en la calle. Hay gente de todo el mundo que va de un sitio a otro, la ciudad organizadora se convierte en una especie de torre de Babel muy divertida, muy bonita, porque los espectadores también lo viven. En ese sentido, este año le falta un anillo al emblema de los juegos», lamenta. A pesar de todo, se mantiene positiva: «Yo creo que están siendo unos muy buenos Juegos para la televisión«, y valora especialmente el esfuerzo de los deportistas: «Quienes ganen o logren diploma tendrán un plus de mérito, porque han estado esperando un año más, que es muy fastidiado para quienes lo tenían todo metódicamente preparado, estaban en su punto perfecto en el mes de julio del año 2020 y les tocó volver a empezar«, explica.

Sin duda, los Juegos de Tokio 2020 pasarán a la historia por su aplazamiento y por las dificultades que está causando la pandemia en su organización. Sin embargo, la historia también recordará a unos atletas que, como Olga señala, alcanzaron la gloria olímpica en circunstancias desfavorables, recordándonos que el deporte nos inspira para superar las adversidades, encontrar la fortaleza para ser mejores y seguir adelante con esperanza.

Fuente: Flickr COE

Fuente portada: Facebook Esto me suena, RNE

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