Abrochaos los cinturones, porque hoy nos adentramos en el mar a toda velocidad de la mano de Cris Lazarraga (Madrid, 1993), una piloto de motonáutica incansable y valiente que compite y gana a bordo de su moto acuática de 300 kilos. ¿Sabías que la motonáutica es un deporte profesional minoritario en el que se compite a nivel internacional? Lazarraga, que ya ha logrado ser campeona de Europa y subcampeona del Mundo, se enamoró de la velocidad sobre las olas de la mano de su padre, también piloto, y ahora compagina esa pasión con su trabajo como diseñadora gráfica y periodista freelance

Luchadora, cabezota, apasionada y atrevida, Cris Lazarraga quiere ser recordada como la mujer que impulsó y levantó su deporte en nuestro país, una pionera que consiguió que se reconociese la categoría oficial femenina. ¡Vamos a conocer más de cerca a esta domadora de olas!

Cris Lazarraga compite en la categoría RunAbout GP4, en la que las motos acuáticas alcanzan los 90km/h, una velocidad que, sobre el mar, es similar a pilotar un coche a 200 km/h
Cris Lazarraga se crió en contacto con el mar y las motos naúticas. Fuente: Cris Lazarraga

La suya siempre ha sido una familia “de motor”, nos cuenta. Su infancia fue “competición y gasolina”, ya que su padre era un piloto profesional de motocross que un día probó las motos de agua y ya no pudo dejarlas. Compitió con ellas durante años, por eso los primeros recuerdos de Cristina tienen lugar subida a una moto y sintiéndose libre para hacer lo que más le gustase en la vida. Lo tuvo claro desde aquel día en que su padre la subió en una moto acuática. La sensación debió ser tan potente que nunca más quiso bajarse. Y así fue como decidió cambiar el suelo firme por el mar.  

Sus inicios fueron como aficionada, sin embargo, al ver que podía superarse y alcanzar grandes metas, cambió su mentalidad para descubrir que “podía derribar muchas barreras, tanto en el agua como en la brecha de género que hay en el motor”, comenta. Y es que, a pesar de las dificultades que entraña dedicarse a la motonáutica, nada ha podido nunca frenar las ganas de Cristina. 

A los 23 años, al terminar su triple grado de Periodismo, Publicidad y Comunicación Audiovisual, empezó a competir. Decidió no hacerlo antes para tranquilizar a su familia que, aunque siempre la han apoyado, tuvo miedo de que la competición la alejase de sus estudios. A medida que fue ganando títulos de reconocimiento internacional, todo “fue colocándose en su sitio hasta el punto de haberme mudado a Alicante, para poder llevar un entrenamiento más intenso”, explica. ¡Lo que sea necesario para disfrutar de su pasión! Una pasión no exenta de peligro: “El mar es muy peligroso. Hay que ser consciente de que un accidente en el agua es muy complicado. Cualquier fractura o traumatismo en tierra ya es difícil, imagínate un rescate en el agua. Toda una hazaña para los jueces que trabajan en las carreras”, explica Cristina, que convive en ese binomio de respeto y pasión por el mar. “Mi conexión con el mar es inexplicable, la verdad. Desde pequeña he pasado mis veranos navegando. Para mí el mar es paz y libertad”. ¡Qué más se le puede pedir a la pasión de tu vida!

Cris Lazarraga cree firmemente que, para conseguir las cosas, hay que lucharlas con uñas y dientes: “Estoy peleando para que convoquen una categoría oficial femenina en el mundial”
Competir y ganar en este deporte peligroso y espectacular, esta es la pasión de Cris Lazarraga. Fuente: IG @crislazarraga33

Hoy en día, Cristina compite en la categoría RunAbout GP4, en la que las motos acuáticas alcanzan los 90km/h, una velocidad que, sobre el mar, es similar a pilotar un coche a 200 km/h. Esta categoría es mixta, porque no hay un mínimo de participantes a nivel nacional que permita abrir una solo de mujeres. Por suerte, poco a poco, el número de pilotos femeninas de motonáutica va creciendo en todo el mundo.

Cris Lazarraga cree firmemente que, para conseguir las cosas, hay que lucharlas con uñas y dientes: “Trabajo duro para conseguir mis objetivos y este es uno más”, explica, “estoy peleando para que nos convoquen como categoría oficial en el mundial”. Para ello, ha redactado infinidad de correos para contactar con las personas que tienen el poder para crear una categoría femenina. Gracias a su trabajo, se ha creado ya una categoría de competición femenina a nivel europeo y, además, Cristina consiguió que la Federación Mundial de Motonáutica pusiera en 2020 un pódium para la categoría Runabout GP4 Ladies en el Campeonato del Mundo. Hoysigue luchando para que la categoría sea reconocida de manera oficial.

“Mi conexión con el mar es inexplicable, la verdad. Desde pequeña, he pasado mis veranos navegando. Para mí, el mar es paz y libertad”
La motonáutica es un deporte de gran riesgo y espectacularidad que busca ganar visibilidad. Fuente: IG @crislazarraga33

Por suerte, en los últimos años, en el mundo del motor se está consiguiendo más visibilidad para las deportistas, en parte, gracias a medios como Sportfem, que las dan a conocer al público. En España, por ahora, únicamente solo dos mujeres compiten en motonáutica a nivel mundial, pero es posible que en la próxima temporada lleguen a ser cuatro o incluso cinco participantes. “Poco a poco estamos consiguiendo aumentar el número y eso me hace muy feliz. Entre nosotras nos apoyamos mucho y hay muy buen ambiente”, explica.

Pero no solo ellas, nadie lo tiene fácil en la motonáutica, como ocurre con todos los deportes minoritarios: “Este deporte necesita mucha visibilidad y todavía tenemos mucho camino por recorrer”, sostiene. Lazarraga nos cuenta que solo cinco pilotos en todo el mundo viven de la competición. El resto, dan clases o tienen un taller. Además, aunque la motonáutica llegó a ser un deporte importante a nivel mundial, cuando cambiaron las leyes de la publicidad la mayoría de patrocinadores se retiraron. «Nadie se ha puesto en serio a buscar grandes patrocinadores que devuelvan a este deporte la notoriedad mediática que se merece”, explica Lazarraga. En España hay grandes pilotos, sin embargo, “hace falta un buen trabajo de comunicación para conseguir captar a más personas que se interesen por las motos acuáticas”. Ella misma ha podido comprobar cómo muchas personas que la contactan a través de Instagram no sabían que existiesen pilotos de competición.  ¡Un interés que es necesario canalizar para hacer crecer este deporte!

“Lo que más me motiva es superarme. Solo tenemos una vida, y yo quiero, algún día, mirar atrás y estar orgullosa de lo que hice y, sobre todo, de haber disfrutado y exprimido mis mejores años al máximo”
Cristina Lazarraga representando con orgullo a España en la Hanzhong International Motorboat Competition, China. Fuente: IG @crislazarraga33

Cris ama la velocidad, sea por tierra, mar o aire. Tras probarlo todo, hizo su elección: “El mar es un medio que juega un factor súper importante en la competición. Esté como esté, tenemos que correr, así que cada carrera es un mundo y cada vuelta también. Incluso, muchas veces, las boyas se van moviendo durante la carrera y tenemos que tener mil ojos”, comenta. El riesgo y la espectacularidad caracterizan a este deporte, pero también el alto coste económico que implica practicarlo, ya que hay que tener una moto en propiedad. A esto se suma la escasez de patrocinios, por lo que solo los mejores pilotos consiguen apoyos económicos. 

En este escenario, Lazarraga suple la falta de mayores oportunidades y reconocimientos con su propia fuerza interior: “Lo que más me motiva es superarme. Solo tenemos una vida y yo quiero, algún día, mirar atrás y estar orgullosa de lo que hice y, sobre todo, de haber disfrutado y exprimido mis mejores años al máximo”, sentencia. Desde luego, puede presumir de lo que ha hecho hasta ahora. Fue campeona de Europa y subcampeona del mundo en 2019, logros que consiguió en el que fue, tal vez, el año más difícil de su carrera.  Esto se debió a una lesión llamada síndrome compartimental, frecuente en pilotos de motos y que genera terribles dolores debido a un aumento en la presión en los compartimentos musculares: “Había carreras que terminaba llorando y sin movilidad en una mano. Aun así, nunca dejé de luchar”, cuenta. Por suerte, la deportista pudo operarse y, aunque sigue sufriendo dolores, ha notado mejoría a la hora de competir.

Sus mejores resultados fueron el primer lugar en el Campeonato de Europa Jetcross 2019 y el segundo puesto en el Campeonato del Mundo IJSBA 2019
Cris disfruta en la cima del podio. ¿Su sueño? ¡Ser campeona del mundo! Fuente : Instagram @crislazarraga33

Sus éxitos continuaron el año siguiente: fue campeona del Gran Premio de Polonia, subcampeona de Europa y acabó sexta en el Campeonato del Mundo. Ahí se dio cuenta de que “con mucho más trabajo puedo estar todavía más arriba”, reflexiona. 2020 supuso un parón en su carrera debido a la pandemia, como ha ocurrido con un gran número de deportistas. Por suerte, en los momentos difíciles siempre cuenta con el apoyo de sus padres, su mejor amigo y los Vela, una familia amiga dedicada a la motonáutica contra la que ya competía su padre y contra los que ella compite ahora.

Tiene dos grandes metas. La primera, ganar el Campeonato del Mundo. “En unos años, me gustaría estar satisfecha de haber alcanzado mis objetivos. Seguir disfrutando de lo que hago, ¡qué más puedo pedir!” Aunque en realidad, sí pide alguna cosa más: “Tener unos ingresos que se ajusten a mis expectativas y el suficiente tiempo libre para poder disfrutarlos”. La segunda meta es conseguir por fin la categoría oficial de mujeres en la motonáutica. Para lograrlo, cree en la paciencia y la constancia. Y también en que, si lo visualizas, acabará pasando. Seguro que sí, ¡ojalá muy pronto la veamos convertida en Campeona del Mundo de la categoría oficial femenina!

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