¿Te imaginas caminar cerca de un peligroso río de lava mientras un volcán entra en erupción a tu espalda? Esta imagen, que para muchos sería una auténtica pesadilla, era el escenario ideal de Katia (Soultz-Haut-Rhin, Francia, 1942) y Maurice Krafft (Guebwiller, Francia, 1946), una singular pareja de geólogos apasionados por la vulcanología que dedicó su vida a estudiar los volcanes. 

Gracias a estos valientes científicos, hoy podemos sorprendernos con imágenes espectaculares de estos fenómenos naturales. Katia y Maurice Krafft fueron pioneros en el estudio de los volcanes en erupción y formaron un equipo perfecto en su trabajo y en su vida personal. Juntos recorrieron el mundo tomando fotografías y grabando vídeos en momentos de extremo peligro, ¡en ocasiones a una distancia de 30 cm de los ríos de lava ardiente! Sus estudios demostraron a las autoridades locales que era preciso evacuar las zonas próximas a los volcanes en las que, de otro modo, habrían fallecido muchas personas. 

Los llamaron «Los diablos de los volcanes», tal vez por atreverse a lo imposible. La muerte les sorprendió en 1991, mientras hacían el trabajo que tanto amaban a los pies de un volcán en erupción. Un final trágico para una historia verdaderamente apasionante.

Los Krafft era llamados «los diablos de los volcanes» por atreverse a grabar erupciones a 30 cm de los ríos de lava ardiente
Katia y Maurice Krafft desafiaban al peligro para realizar sus estudios sobre volcanes. Fuente: IG

Ya de niña, Katia sentía fascinación por la geología y los volcanes, seguramente motivada por el entorno natural tan espectacular en el que creció, la Región de Alsacia, en Francia. Leía muchos libros y devoraba documentales sobre esta temática. Junto a su familia, visitó algunos volcanes como el Etna y el Estrómboli, lo que seguramente estimuló su fascinación por esas gigantes masas rocosas por las que corren ríos de fuego. 

Los volcanes, que toman su nombre Vulcano, el dios romano del fuego, son estructuras geológicas que se forman en los límites de las placas tectónicas. De ellos sale el magma, una mezcla de lava y gases a gran temperatura, que emerge desde el interior de la tierra, ¡llegando a alcanzar entre los 850 y 1200ºC! Las erupciones pueden tener distinta intensidad, duración y frecuencia y algunas pueden destruir todo lo que se encuentran a su paso. Algunos de los volcanes más famosos del mundo son: Kilauea (Hawai), Arenal (Costa Rica), Monte Fuji (Japón), Monte Tambora (Indonesia) y Kilimanjaro (Tanzania).

Katia se especializó en física y geoquímica en la Universidad de Estrasburgo, donde conoció a su futuro marido, Maurice. Él también estaba fascinado por los volcanes, seguramente como resultado de haber asistido, en 1954, con solo siete años de edad, a la erupción del volcán Estrómboli, en Italia. Katia y Maurice crean una sociedad de vulcanólogos en 1968, especializada en acudir a cualquier lugar del mundo donde hubiera una erupción.  En 1970 contrajeron matrimonio y a partir de ese momento formaron un sólido equipo de trabajo que recorrería el mundo persiguiendo su pasión y al que algunos llamaban “los Diablos de los Volcanes”. En ocasiones, su trabajo ha sido atribuido tan solo a Maurice, pero hoy sabemos que fue realizado entre los dos.

Uno de sus objetivos era demostrar a las autoridades locales que evacuando la zona de la erupción podían salvar miles de vidas 

Al principio de su aventura, ahorraron algo de dinero y se fueron a Estrómboli, donde fotografiaron y documentaron la erupción de su volcán. Aquel primer documental tuvo mucho éxito, por lo que pronto se hicieron un nombre y eso les permitió viajar por todo el mundo. Hicieron expediciones por Italia, Islandia, Indonesia, América, Hawai y Nueva Zelanda, entre otras zonas. De esos viajes nacieron apasionantes reportajes con los que consiguieron el Premio de la Sociedad Geográfica de París y el Prix de l’Exploration, en 1975. 

Los intrépidos vulcanólogos solían llegar antes que nadie a las erupciones, por lo que se ganaron el respeto y la admiración de otros profesionales. Para alertar de los peligros de las zonas con volcanes, compartieron todos los datos e imágenes que recopilaron con la comunidad científica, publicaron libros, realizaron ponencias y aparecieron en programas divulgativos en televisión.

Entre 1970 y 1990, sus grabaciones e imágenes dieron la vuelta al mundo. Estaban grabadas de una manera que no se había visto hasta el momento, muy cerca del fuego, muy cerca del peligro. Llegaron a presenciar unas 175 erupciones, lo que supone unas ocho al año. ¡Esto les obligaba a viajar a un ritmo frenético!

Tratando de alertar de los peligros de los volcanes, compartieron sus estudios con la comunidad científica, publicaron libros, realizaron ponencias y aparecieron en programas de TV 
Katia Krafft fue la primera vulcanóloga conocida por el gran público. Fuente: IG
Diversos medios difundieron las hazañas de los Krafft con impresionantes fotografías. Fuente : IG

Uno de sus últimos trabajos fue elaborar planes de acción para las comunidades que estaban próximas a un volcán y se encontraban en riesgo. Cuando se produjo la erupción del volcán Nevado de Ruiz, en Colombia, en 1985, en la que murieron miles de personas, Katia y Maurice hicieron un documental con el que pretendían salvar vidas, sensibilizando a las autoridades sobre los peligros y contribuyendo a prevenir los daños que generaban los volcanes.

Katia tenía otros dos proyectos que llevó a cabo con el apoyo de su marido: la Casa del Volcán, en la isla de Reunión (Océano Índico), un importante centro de información e interpretación que se abrió al público en 1991 y fue ubicado cerca del volcán favorito de Katia: el Pitón de Fourniase, y Vulcania, un parque de atracciones abierto en 1986 en el Parque Natural de los Volcanes de Auvernia. El sueño de Katia era crear hermosos lugares de conocimiento en los que los visitantes aprendieran de geología y volcanes mientras disfrutaban del entorno.

Katia Krafft creó la Casa del Volcán, un centro de información e interpretación y Vulcania, un parque de atracciones, para divulgar su conocimiento sobre los volcanes
Los Krafft recorrieron el mundo y documentaron 23 erupciones volcánicas. Fuente: FB

A finales de mayo de 1991, recibieron un aviso de la próxima erupción del Monte Uzen, en Japón, que llevaba 200 años dormido. Decidieron volar allí en compañía de Harry Glicken, un vulcanólogo estadounidense. Cuando llegaron al puesto que había a cuatro kilómetros del cráter, se encontraron con una gran cantidad de periodistas de todo el mundo que querían hacerse eco de la noticia.  Por desgracia, al día siguiente, la erupción causó un flujo piroclástico, una avalancha letal de gases y sólidos a altas temperaturas, que alcanzó y mató a los tres vulcanólogos y a los cuarenta periodistas que cubrían la noticia. Katia y Maurice tenían solamente 45 y 49 años.

Solo unos días después, en Pinatubo, Filipinas, se producía la erupción más potente registrada en el siglo XX. El documental de Katia y Maurice sobre el volcán Nevado de Ruiz se mostraba entonces a las autoridades del país y las convencía para evacuar la zona, salvando la vida de miles de personas. 

En 1991, los Krafft murieron atrapados por un flujo piroclástico letal en la erupción del Monte Uzen, Japón, junto a otro vulcanólogo y 40 periodistas
Su espíritu intrépido marcó la vida de los Krafft e hizo posible su valioso legado. Fuente: Pinterest

Katia y Maurice Krafft demostraron al mundo el poder de la valentía, la colaboración  científica y el trabajo en equipo. Su valiosísimo legado incluye más de 300.000 fotografías, 300 horas de vídeo, 20.000 trabajos geológicos, 600 litografías, 15 libros… Fue una labor incansable, apasionada, que salvó muchas vidas y les condujo a su propia muerte. 

National Geographic quiso mostrar el increíble trabajo de la pareja en un documental. En una de las entrevistas, realizada el día anterior a su muerte, el propio Maurice declaraba: “Nunca tengo miedo, porque he visto tantas erupciones en 23 años que, aunque mañana muriera, no me importaría».

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