Alex Roudayna (Ciudad de México, 1990), la corredora mexicana más conocida como “Chikorita”, resume así su filosofía de vida: “No lo muestres hasta que no lo hayas hecho”. Y, con esta honestidad por bandera, la deportista podría mostrarnos todas las grandes hazañas deportivas que ha conseguido en su vida. Entre ellas, la de ser la primera mujer en coronar los tres volcanes más emblemáticos de México en menos de 24 horas, un logro que tuvo una gran repercusión y la situó, por derecho propio, entre las atletas más destacadas de su país. Alex, sin embargo, está acostumbrada a los desafíos, ya que convive cada día con el síndrome de Asperger. Esta circunstancia, lejos de frenarla, la ha convertido en una atleta imparable, ya que la alta concentración que alcanza en las carreras de larga distancia le confiere una fuerza mental imparable. Para ella, esta conexión le permite sentirse totalmente libre, sin limitaciones ni ataduras.

Su pasión es el ultramaratón, una disciplina en la que los deportistas recorren a pie grandes distancias, que abarcan desde los 50 hasta los 160 km. 
Para ella, el deporte es una forma de vida, una actividad con la que es feliz, que siempre la ha acompañado. De pequeña practicaba taekwondo, remo y tenis pero, un buen día, descubrió que su gran pasión era correr y que estaba hecha para ello. En su primer 10K (carrera de 10 kilómetros) quedó la primera. Para ella, correr significa desconectar mentalmente y dar salida a un sentimiento muy profundo en su interior: “Correr es la única manera de expresar lo que soy”. Con aquella victoria empezaba una vida llena de retos que superar física y mentalmente.

En 2019 lograba el gran reto de su vida: convertirse en la primera mujer de la historia en coronar los tres volcanes más emblemáticos de México en menos de 24 horas 
"Chikorita" es ultrarunner y no tenía experiencia en ascensos de montaña al iniciar su aventura. Fuente: IG @ch1k0r1ta

Roudayna es la única atleta mexicana perteneciente al Pro Team de la Spartan Race, una de las pruebas deportivas más duras que existe actualmente, que ha ganado en las ediciones mexicanas de 2016 y 2017 tras someterse a un entrenamiento de élite, de unas 8 horas diarias. Se convirtió así en una de las reinas de esta reconocida carrera de obstáculos, solo apta para los atletas con la mejor preparación. Dos años después, en diciembre de 2019, decidió enfrentarse a lo que sería el gran reto de su vida: convertirse en la primera mujer de la historia en coronar los tres volcanes más emblemáticos de México en menos de 24 horas. Ascendió por el Pico de Orizaba, el Iztaccíhuati y el Nevado de Toluca, logrando una marca final de 22 horas y 20 minutos, un tiempo increíble, si pensamos que diez de aquellas horas las invirtió en los traslados entre los tres lugares, puesto que los volcanes están separados por una distancia de 520 kilómetros. En esta aventura, la acompañaban Red Bull y un equipo humano de gran valía, entre los que estaba el ultrarunner Marco Ferro, que filmó todo lo que ocurrió en esas horas y le prestó todo su apoyo. Él, que vivió tan de cerca su hazaña, la describe como “una compañera titánica”. Las imágenes que obtuvo Ferro durante esas interminables horas se convirtieron en un corto documental, «Tres picos», dirigido por Helios Nieto, que ha dejado inmortalizado para la posteridad su gran reto, así como el carácter humilde, generoso y tenaz de la deportista mexicana.

Comenzaron en el Citlaltépetl (Pico de Orizaba), el volcán más alto de México, el segundo más alto de Norteamérica y la séptima montaña más prominente del mundo, con 5636 metros de altura. Iniciaron la aventura a las cuatro de la mañana, a siete grados bajo cero y con un nivel de oxígeno en la cima de tan solo el 46%. Alex sabía que no sería fácil comenzar en esas condiciones, pero no pensaba rendirse. Las temperaturas extremas, la difícil orografía del terreno e incluso el tráfico de Ciudad de México, que atravesaron contra reloj en hora punta (entre unos 5 millones de coches) iban a complicarlo todo. Además, tuvieron que adaptarse a distintos imprevistos, como que el cambio climático endureciese el hielo de los glaciares que se encontraron a su paso y que por ello fueran menos practicables. A eso se le unía que Alex no podía predecir cómo iba a reaccionar su cuerpo subiendo a semejantes alturas, descendiendo de golpe, realizando traslados largos en un vehículo… Ninguno de estos obstáculos iba a detenerla, siguiendo su lema: «No dejes escapar la oportunidad cuando se presenta , ¡y luego prepárate para hacerlo!»  y reconociendo que, cuando aceptó este reto, no estaba segura de estar lista todavía.

«Cuando llegas al bache y al momento más feo del camino, ahí es donde, normalmente, llega la aventura»

La atleta apenas miró el reloj durante aquellas horas interminables, tal vez porque estaba segura de que iba a lograrlo. Aunque contaba con una gran determinación, al final del camino estuvo a punto de rendirse. Tras superar las altas y heladas pendientes del volcán Iztaccihuatl, de 5232 metros de altura, llegó a la última etapa, el volcán nevado de Toluca. Allí, a una altura de 4600 metros y con un 56% de nivel de oxígeno, en plena oscuridad y con más de 20 horas a sus espaldas, las fuerzas comenzaron a fallarle. «Cuando llegas al bache y al momento más feo del camino, ahí es donde normalmente llega la aventura», explicaba la corredora. Realizó entonces un último esfuerzo, más allá de lo que ella misma esperaba, que le hizo superar sus propios límites y coronar la última cumbre. Sus lágrimas de emoción fueron más elocuentes que las palabras: «Chikorita» había conquistado el más ambicioso de los retos de su vida deportiva.

Como ella misma recuerda ahora, aunque parezca mentira, esta aventura, crucial en su vida, surgió de manera casual cuando, en una reunión de atletas, alguien preguntó quién se atrevería a asumir semejante reto. Sin pensarlo dos veces, ella levantó la mano y, a partir de ahí, ya no hubo marcha atrás. Era consciente de que este desafío suponía salir de su zona de confort, por muchos motivos. En primer lugar, no estaba acostumbrada a subir cimas, «aquí la novata soy yo» decía a sus compañeros antes de iniciar el primer ascenso. Lo suyo siempre habían sido carreras de larga distancia o de obstáculos. Los entrenamientos de montaña son muy exigentes física y mentalmente y requieren un preparamiento extraordinario. Por otro lado, el trastorno del espectro autista que sufre afecta a su manera de entender el mundo y de relacionarse con los demás. Para ella, compartir su aventura con un equipo de personas y relacionarse con ellas en una situación de gran estrés y agotamiento era, sin duda, otro desafío en sí mismo: “Estar con más gente ya es salir de mi zona de confort”, explica en el documental. «Chikorita» fue diagnosticada de Asperger cuando era muy pequeña y en su familia le enseñaron que nada es una desventaja, por lo que siempre ha sentido esta condición como una oportunidad para ser mejor. “No carburo el mundo de la misma manera que la gente lo hace. Me cuesta mucho trabajo entender el porqué de las cosas”, reconoce. Aun así, nada podía frenarla e iba a hacer de esta dificultad un aliciente añadido.  

«No dejes escapar la oportunidad cuando se presenta, ¡y luego prepárate para hacerlo!»
Su condición de Asperger va acompañada por una gran capacidad de concentración, fundamental para no rendirse y seguir siempre adelante. Fuente: IG @ch1k0r1ta

El síndrome con el que convive esta gran deportista aún sigue siendo un gran desconocido, consiste en un trastorno del desarrollo que recibe su nombre del psiquiatra y pediatra austríaco Hans Asperger, que lo estudió en 1943. No muchos saben que, quince años antes, la psiquiatra ucraniana Grunya Sukhareva había publicado una descripción de los rasgos autistas en un grupo de seis niños, adelantándose a las investigaciones posteriores de Asperger y Leo Kanner, otro psiquiatra austríaco que también hizo importantes aportaciones sobre el espectro autista. En su estudio, Shukareva, sacó conclusiones que quedaron reflejadas en el año 1925, en un artículo publicado en Monatsschrift für Psychiatrie und Neurologie, una de las pocas publicaciones que, en ese momento, abordaban la salud mental y los trastornos neurológicos. Por desgracia, aunque Sukhareva fue una pionera en la investigación de los trastornos del espectro autista, fue injustamente olvidada por la historia de la ciencia. Desde Sporfem, queremos también contribuir a la difusión de sus investigaciones y reconocer su determinante papel en la descripción de este síndrome.

Aunque hace más de cien años que se habla de él, a la investigación sobre el síndrome de Asperger le queda mucho camino por recorrer. Puede manifestarse de manera distinta en cada persona, pero también hay rasgos comunes que afectan al área social, comunicativa y del comportamiento: dificultad para la interacción social, alteración de los patrones de comunicación verbal y no-verbal y dificultad para la abstracción de conceptos o interpretación literal del lenguaje, entre otros. Por otro lado, las personas diagnosticadas con Asperger poseen una gran fluidez en el lenguaje y una capacidad intelectual media o incluso superior a la mayoría de la población.

Desde pequeña, a «Chikorita» le enseñaron que nada es una desventaja, por lo que siempre ha sentido su condición de Asperger como una oportunidad para ser mejor
Relacionarse con sus compañeros de equipo en condiciones de estrés fue un reto añadido para Roudayna. Fuente: IG @ch1k0r1ta

El Asperger es mucho menos frecuente en mujeres (por cada cuatro casos de hombres hay uno de mujer) y, según el psicólogo Juan Martos, las mujeres parecen conservar mejor algunas habilidades de empatía básica por lo que es más difícil detectarlo, sobre todo en la infancia. No dar con el diagnóstico adecuado o no descubrirlo puede causar realmente un gran sufrimiento a las pacientes, por desconocer qué les está ocurriendo. La doctora Ruth Baker afirma que las mujeres con síndrome Asperger son prácticamente invisibles para muchos profesionales de la salud y para sus entornos familiares. 

Además de Alex Roudayna, otras mujeres con un perfil público han visibilizado el síndrome de Asperger aprovechando su relevancia mediática para darlo a conocer, normalizarlo y, quizá, conseguir así que otras mujeres identifiquen lo que les ocurre. Algunos casos conocidos son la actriz Daryl Hanna, la cantante Susan Boyle o la joven activista Greta Thunberg, quien se enorgullece de él: “Tengo Asperger y eso significa que a veces soy un poco diferente de la norma. Y, en ciertas circunstancias, ser diferente es un superpoder”, explicó en sus redes sociales.

En el caso de la mexicana Alex Roudayna, nuestra protagonista de hoy, todo indica que el síndrome de Asperger no ha sido un impedimento para lograr sus metas hasta el momento, lo que ha demostrado llevando a cabo su impresionante hazaña. Su fuerza mental ha sido imprescindible para conseguirla. Como ella misma dice, “si no intentas llegar, ¿cómo vas a crecer?” Esa es la inspiradora enseñanza que nos deja ante cualquier obstáculo, ya sea mental o físico: hay que intentar llegar, hay que crecer, hay que vencer las dificultades, sean las que sean. Y en el caso del Asperger, es necesario avanzar en el camino de la visibilización y la detección precoz. Roudayna cree que habiendo conseguido coronar los tres grandes volcanes en menos de 24 horas, habrá gente que piense: “¿Sabes qué? Quiero ir más allá de lo que creía y romper mis límites”. Porque para ella, de esto se trata la vida, de superar las limitaciones y tratar de ir siempre más allá.

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