Aitana Cuevas (Madrid, 1986), subcampeona de Europa 3×3 en dos ocasiones, es una pieza vital en la Selección Femenina de Baloncesto. Su equipo, formado por Vega Gimeno, Sandra Ygueravide y Nuria Martínez, ha salido victorioso del 3×3 World Series en 2019. Ahora, del 18 al 22 de marzo encaran el Preolímpico de la India, campeonato donde se juegan el pase a los Juegos de Tokio 2020.

El baloncesto 3×3 es una adaptación del baloncesto tradicional impulsado por la FIBA. Entre sus peculiaridades, destacan el número de integrantes, tres en cada equipo; el tipo de cancha, de la mitad de tamaño que una clásica; y el rol de atacante o defensor de cada equipo, el cual se sortea al inicio del partido.

La madrileña de 1,87 cm comenzó a jugar al baloncesto en un colegio famoso por fomentar este deporte entre los alumnos, el Colegio Estudio. “Realmente no sé si mi pasión por el baloncesto nació desde el minuto uno, o simplemente fue una forma de canalizar bien mi altura,” reconoce entre risas.

Con un talento arrollador para el baloncesto, Aitana pasó de jugar en una cantera colegial a formar parte del Movistar Estudiantes, equipo con el que lidera la clasificación de LF2. En esta prolífera trayectoria, la pívot ha formado parte de equipos como LF Endesa, Majadahonda, CD Zamarat, ADBA, Cortegada y Alcobendas.

De izquierda a derecha: Sandra Ygueravide, Nuria Martínez, Vega Gimeno y Aitana Cuevas.

Para la Aitana de hace unos años, estar cerca de las Olimpiadas era un sueño muy lejano. Ahora, esta ambiciosa meta se ha materializado en algo factible.

“Hemos tenido que luchar muchísimo. Cuando consigues algo habiendo tenido que pelear contra viento y marea, la sensación de satisfacción es aún mayor.”

Gracias a un ajuste en el ranking de 3×3 de la FIBA, la Selección Española acudirá al Campeonato Preolímpico que se disputará en Bangalore (India). “En el equipo se respira ilusión. Tenemos muchísimas ganas de que llegue el torneo,” señala Aitana.

La cita, de vital importancia para esta nueva modalidad de baloncesto, reúne a veinte selecciones femeninas, que competirán por tres plazas para acudir a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Aitana fuera de la cancha
Aitana disfrutando de la compañía canina.

Cuando no tiene un balón entre las manos, Aitana se entrega a su otra pasión: el mundo canino. En su hotelito para perros, “La perroteca”, Cuevas acoge a los sabuesos en un entorno natural donde pueden correr y jugar juntos.

Para desconectar del mundo, nuestra protagonista no necesita más que un día en el campo donde disfrutar de un buen libro en compañía de sus perros. En esta misma línea, Aitana elige actividades al aire libre en compañía de sus seres queridos. “Para mí, un planazo es hacer una ruta chula con mis amigos y mis perros.”

En lo personal, la pívot confía en su círculo de apoyos para afrontar con fuerza todo lo que esté por venir. “Mi madre, mi hermana, Patricia, mi tía, Paula, son mujeres fuertes y valientes que me rodean, me apoyan; y a las que admiro muchísimo.

De momento, la jugadora no quiere quemar etapas vitales, encarando el futuro con los brazos abiertos.Quiero disfrutar lo que me queda de baloncesto y seguir creciendo con La Perroteca. Aún estoy por descubrir a dónde me lleva la vida, ya veremos cuál es la sorpresa.”

Cuando la preguntamos sobre qué le pide a la vida, Aitana lo tiene claro: “Por pedir que no quede, pero pidiendo se consiguen pocas cosas, hay que buscarlo y afrontar lo que venga con pasión y alegría. Seguiré buscando siempre la parte positiva, para continuar disfrutando de la vida como hasta ahora.”

Aitana durante un partido del Movistar Estudiantes.

Sus referentes en el campo son Betty Cebrián y Amaya Valdemoro, dos grandes titanes del baloncesto, que han servido de gran inspiración para las siguientes generaciones de jugadores.

Una auténtica fuera de serie que entiende el deporte como una forma de vida.

“El baloncesto me ha enseñado casi todo lo que sé. Esta disciplina me ha dado valores, me ha enseñado a ganar y perder, a ser perseverante y a trabajar en equipo.”

Gracias al deporte, Aitana ha convivido con diferentes culturas y religiones, aprendiendo a gestionar las diferencias entre compañeras en pos de un objetivo común.

Aitana considera que el deporte femenino está consiguiendo logros históricos. “Se está demostrando que estamos a la altura para aportar buenos resultados al deporte. También, se está empezando a reconocer el esfuerzo de las deportistas, gracias al apoyo, cada vez mayor, que recibimos.”

En este sentido, la jugadora celebra que existan iniciativas como Sportfem, aunque reconoce que el escenario ideal sería aquel en el que ya no fueran necesarias. “No me gusta del todo que las deportistas tengamos que llevar aparejado el apellido ‘femenino’ al deporte que practicamos. Somos deportistas capaces de demostrar que merecemos ser visibles como tal, sin diferencias de género.

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