Hablar de la Historia de la Meteorología y Climatología es hablar de la Historia de la Ciencia. Un campo de estudio que lleva despertando el interés del ser humano desde tiempos inmemoriales.

Estudiar los cambios atmosféricos, utilizando parámetros como la temperatura del aire, su humedad, la presión atmosférica, el viento o las precipitaciones es vital a la hora de predecir el tiempo, y así garantizar la supervivencia de las civilizaciones.

La predicción del tiempo ha guiado la actividad de las sociedades desde los orígenes del hombre. Por ejemplo, las tablillas de arcilla con escritura cuneiforme que se encuentran ahora en el Museo Británico, ilustran cómo los babilonios se guiaban por el aspecto del cielo para predecir el tiempo. «Cuando un halo negro rodea la Luna, el mes traerá lluvia o acumulará nubes. Cuando un halo rodea la Luna y Marte se encuentra dentro, habrá destrucción del ganado. Cuando un pequeño halo rodea el sol, lloverá….»

Dos mil quinientos años más tarde, la Meteorología es una Ciencia consolidada gracias a la aportación de genios como Aristóteles, Nicola Cusano, Leonardo Da Vinci, Galileo Galilei, Descartes o Anders Celsius, entre otros muchos.

Las mujeres en la Meteorología también han aportado grandes tesoros, más allá de apodar a los huracanes. En este artículo homenajeamos a todas las mujeres que han contribuido al avance científico, contando la historia de seis de ellas.

Eunice Newton Foote

Eunice Newton (EEUU, 1819-1888) es conocida como “la mujer que descubrió el efecto invernadero”. La científica, climatóloga e inventora era una firme activista de los derechos de las mujeres, defendiendo la igualdad en la educación.

Además, fue la primera científica en teorizar sobre cómo el efecto invernadero afectaba al cambio climático. Un hallazgo erróneamente atribuido a su coetáneo, John Tyndal.

Durante más de 150 años, la aportación de Eunice fue omitida. En su propuesta, la científica relacionaba el CO2 con el clima, sentando las bases de uno de los principios clave de la meteorología moderna, el efecto invernadero y la ciencia climática. 

Felisa Martín 

Felisa Martín (España, 1898-1979) fue la primera mujer en formar parte de Agencia Estatal de Meteorología. También fue pionera en el campo académico, siendo la primera doctora en Física de España.

Después de estudiar el bachillerato en San Sebastián, su ciudad de origen, Felisa quiso seguir formándose en lo que le apasionaba: la ciencia. Tras licenciarse en Ciencias Físicas en la Universidad Central de Madrid en 1922, Felisa dio otro paso más en su carrera, realizando una tesis doctoral brillante que le brindó el doctorado en 1926.

Durante su periodo como profesora en el Instituto-Escuela, Martín recibió una beca para la formación pedagógica de la JAE (Junta para la Ampliación de Estudios). Gracias a esta oportunidad, la joven cruzó el charco para dar clases de español en Estados Unidos. En 1931 comienza a trabajar como auxiliar en el Servicio Meteorológico y, más tarde, vuelve a atreverse con nuevas aventuras, esta vez en Cambridge. 

Tras el estallido de la Guerra Civil Española en 1936, fue destituida de su puesto y progresivamente apartada del panorama científico. Años después, entre 1973 y 1974, fue nombrada presidenta de la Asociación Meteorológica Española, convirtiéndose en la primera y única mujer que ha ocupado el cargo hasta abril de 2019, con la presidencia de María Delfina Gil Fernández.

Joanne Gerould Simpson

En los años 40, que una mujer se licenciase resultaba bastante inverosímil para la comunidad universitaria. Pero gracias a su talento y determinación, Joanne Gerould (EEUU, 1923-2010) logró abrirse paso en el panorama académico, siendo la primera mujer en recibir el título de Meteorología en 1949.

Entre sus hitos académicos, destacan las estancias en la Universidad de Nueva York, el Instituto de Tecnología de Illinois, la Institución Oceanográfica Woods Hole, UCLA, la Administración de Servicios Ambientales por Satélite (ESSA), la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), y la Universidad de Virginia.

Miembro de la Academia Nacional de Ingeniería, Simpson ha compartido su gran conocimiento en meteorología con numerosas universidades y con el gobierno federal. Por si fuera poco, durante la Segunda Guerra Mundial, instruyó a cadetes aéreos junto con otras cincuenta científicas, dada la ausencia de hombres preparados para el puesto. 

Gracias a su trabajo, Joanne recibió multitud de reconocimientos como el Premio Melsinger de la American Meteorological Society (AMS) o la Medalla de Investigación Carl-Gustaf Rossby de la AMS, por sus «contribuciones sobresalientes a la comprensión del hombre de la estructura de la atmósfera”.

Margaret Hamilton

Margaret Hamilton (EEUU, 1936) dirigió al equipo que creó el software para hacer más exacta la predicción del tiempo en la misión espacial Apollo. Su aportación supuso un antes y un después para el diseño de software, dada la robustez y seguridad del funcionamiento ante los fallos. Un aspecto clave para la supervivencia de los astronautas.

Su trayectoria profesional despegó tras graduarse en Matemáticas en 1958. Más tarde, pasa a formar parte de la plantilla del MIT (Massachusetts Institute of Technology), ocupando el puesto de desarrolladora de software. En esta etapa, Hamilton trabajó para desarrollar su conocimiento de este área, en una época en la que las ciencias computacionales y la ingeniería de software aún no existían como disciplina.

En 1986, fundó la empresa Hamilton Technologies, Inc. en Cambridge, Massachusetts. La compañía impulsó el lenguaje universal de sistemas, diferenciado esta disciplina de otras ingenierías, al acuñar el término de “ingeniería de software”.

La aportación de esta científica computacional, ingeniera de sistemas y matemática es inmensa. En 1986, recibió el «Premio Augusta Ada Lovelace Award”, en 2003 el premio «NASA Exceptional Space Act Award”, y en 2016, recibió la Medalla Presidencial de la Libertad por el desarrollo del software de las misiones Apollo.

Eugenia Kalnay

Eugenia Kalnay (1942, Argentina) fue la primera mujer en conseguir el doctorado en Meteorología. Gracias a su gran trabajo, la argentina fue premiada en 2009 por la ONU debido a: “sus contribuciones sobresalientes en el campo de la climatología.»

En 1965, Eugenia se licenció en Meteorología por la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. Fruto de la inestabilidad política de su país en esta época, Kalney se mudó a EEUU, donde comenzó su exitosa carrera.

Entre sus grandes méritos, destaca la aportación que hizo a la NASA entre 1979 y 1986, donde desarrolló un modelo global del clima, que se utiliza actualmente para hacer experimentos en todo el mundo. Como directora de investigación del Servicio Meteorológico de los Estados Unidos, logró desarrollar técnicas que permiten pronósticos fiables en plazos de más de 10 días.

Investigadora y profesora en la Universidad de Oklahoma y en la Universidad de Maryland, Eugenia dirige el Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos. Esta gran mujer ha sido condecorada con la Medalla de la NASA por sus Excepcionales logros científicos, y dos medallas de oro y una de plata del Department of Commerce (NOAA), entre otros premios.

Pilar Sanjurjo

Pilar Sanjurjo se ha convertido en un icono atemporal, al ser la primera mujer del tiempo en aparecer en la televisión española.

En los años 70, el Servicio Meteorológico Nacional pertenecía al Ministerio del Aire, un cuerpo donde las mujeres tenían vetado el ingreso. Contra todo pronóstico, Pilar opositó al Cuerpo Facultativo de Meteorólogos, logrando acceder a esta profesión.

Meteoróloga, experta en predicción marítima, Pilar es famosa por su aparición en RTVE. Su incursión en la cadena fue de la mano de Eugenio Martín Rubio, a quien tuvo que sustituir en unas vacaciones, presentando en su lugar la predicción del tiempo a principios de los 80.

Durante más de una década, Sanjurjo deleitó a los telespectadores gracias a un rigor y profesionalidad únicos. A mediados de los ochenta, optó por abandonar TVE y centrarse en el Instituto Nacional de Meteorología, como consecuencia de la ley de incompatibilidades.

Tras llegar al cargo de Jefe de turno del Centro Nacional de Predicción del INM (Instituto Nacional de Meteorología), y con una trayectoria profesional estelar, Pilar se jubiló a principios del 2000, dejando una huella imborrable en la memoria de los españoles.

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