El futuro de la moda
 

La ONU califica el fast fashion de emergencia medioambiental. El mantra “comprar y tirar” es el centro de la industria de la moda rápida, un sector que actualmente lanza  cincuenta microtemporadas de ropa al año. Se trata de la segunda industria más contaminante del planeta, siendo responsable de más del 8% del total de las emisiones de carbono a nivel mundial. Solo para producir 1 kg de algodón se usa el agua equivalente a 10 años de consumo humano, un ejemplo muy ilustrativo de esta disparatada realidad.

En este escenario, son cada vez más las marcas de ropa que quieren iniciar una conversación sobre el impacto a corto y largo plazo de su actividad, con el fin de construir un nuevo paradigma cuyo eje sea la ética hacia las personas y el medio ambiente.

Ejemplo de ello es La Carta de la Industria de la Moda para la Acción Climática de la ONU (2018), cuyo objetivo es que las compañías de este sector reduzcan sus emisiones en un 30 por ciento para el 2030, y logren eliminarlas completamente en 2050. Este documento fue firmado por 43 marcas, entre ellas Adidas, Stella McCartney o H&M. 

 

Las principales medidas a seguir por el tejido empresarial de la moda son:

1)  Reducir la emisión de carbono

El grupo activista Fashion Revolution descubrió que solo el 55% de las principales 200 marcas publican su huella anual de carbono en sus páginas web. Esta asignatura, pendiente para la mayoría de las marcas, es vital en la lucha contra el cambio climático. Ahora, el desafío es minimizar el impacto de las actividades industriales que van desde la fábrica hasta las tiendas.

2)  Mejorar la cadena de suministro

De forma exponencial, los consumidores demandan ser informados sobre la trazabilidad de los materiales empleados y las condiciones en las que se encuentra la mano de obra que los producen. En este sentido, diseñar una cadena de suministro sostenible es un trabajo trasversal que tiene en cuenta a las personas y el planeta en cada paso de la producción.  

3)  Apostar por materiales respetuosos

“Hay 13 millones de toneladas de residuos de piña en el mundo. Podríamos usar todo eso y fabricar millones de metros solo con residuos” (Carmen Hijosa)

Una mujer que va por buen camino es Carmen Hinojosa, creadora de Piñatex, una brillante iniciativa que apuesta por confeccionar prendas a partir del cuero vegetal que se obtiene de la fibra de las piñas. En esta misma línea, Bolt Threads es una empresa que crea seda sintética a partir de la tela de araña.

El futuro de la moda depende de la creatividad con la que los diseñadores aborden los nuevos retos que se presentan, apostando por materiales orgánicos, reciclados duraderos. 

4)  Diseñar nuevos modelos de negocio

La economía de moda circular es un sistema en el que todos los productos son reutilizados o completamente descompuestos. Un sistema completamente opuesto al modelo actual, basado en el consumo desenfrenado, que apuesta por mantener nuestra ropa perenne en el armario. La ganadora del H&M Design Award 2019, Priya Ahluwalia, que emplea las telas sobrantes para confeccionar sus prendas, o Bethany Williams, quien apuesta por residuos para crear nuevos textiles, son jóvenes diseñadoras que están escribiendo el futuro de la industria textil.

 
Los nórdicos a la vanguardia de la sostenibilidad

Desfile durante la CPHFW en Copenhague

“La Semana de la Moda de Estocolmo, cancelada debido al futuro”, este brillante titular acompañaba la nota de prensa del equipo directivo de la CPHFW, con la que se ponía fin a este desfile de repercusión mundial. Según los organizadores del evento, el Swedish Fashion Council (Instituto Sueco de la Moda), esta meditada decisión parte de la necesidad de la industria sueca por buscar un modelo más sostenible.

“Si queremos que la moda sueca mantenga una posición fuerte, es el momento de marcar la diferencia” (Jennie Rosén, CEO del Swedish Fashion Council)

La voluntad de adaptarse al paradigma de la sostenibilidad parte de vivir y producir de una forma más consciente. Para crear herramientas que se adapten a la industria del futuro, los diseñadores deben desarrollar un enfoque transversal que profundice en la moda ética.

El objetivo final de marcas que están instaurarando los pilares para el futuro de la moda, como Holzwiter, Rodebjer o Standstudio, es acelerar el cambio para una situación a la que no le queda otra alternativa.

Diseñadoras por la sostenibilidad

En este panorama de transformación hacia un futuro sostenible, son muchas las voces que se alzan apostando por el cambio. Entre ellas la de Sybilla Sorondo, una de las diseñadoras más exitosas de España que, desde hace más de veinte años apuesta por producir prendas respetando el medio ambiente. En su último proyecto la artista se asoció con Ecoalf, lanzando una colección cápsula poniendo el foco en la prosperidad del planeta. Además, es la fundadora de Fabrics For Freedom, organización que trabaja al otro lado de la moda, investigando el origen e impacto de empresas textiles.

También pionera en la moda sostenible, Paloma García es la fundadora de The Circular Project, un proyecto que apuesta por usar materiales responsables, que puedan ser integrados en la naturaleza después de su uso. Para Paloma el consumo consciente surge de cuestionarse la trazabilidad de los productos que adquirimos. Esta periodista de vocación, entiende que la sostenibilidad es mesura y respeto a la vida en todas sus formas.

Un referente mundial en temas de sostenibilidad es la diseñadora británica Stella McCartney, quien apuesta por el lujo sostenible en moda. Hija del ex Beatle Paul McCartney, Stella se ha consolidado con nombre propio en la industria gracias a su aportación al mundo de la moda. Esta disruptiva e innovadora diseñadora expresa su creatividad a través de propuestas sostenibles, éticas y rentables.

“Como marca tenemos la responsabilidad de ofrecer a las mujeres una opción que les permita ser parte de una solución a través de nuestras piezas y prácticas sostenibles” (Stella McCartney)
El consumidor como motor del cambio
 

La RAE define sostenible como “que se puede mantener durante largo tiempo sin agotar los recursos o causar grave daño al medio ambiente.” El concepto de ‘sostenibilidad’ es muy amplio por lo que resulta complejo de interiorizar. Por ejemplo, para muchos una camiseta de algodón orgánico cumpliría los estandartes de lo que se entiende por ropa sostenible, sin embargo como hemos visto anteriormente, el algodón requiere de miles de litros de agua para ser cultivado, además, que la prenda esté fabricada con material orgánico no significa que no haya sido confeccionada en un taller que explote a sus trabajadores. 

Por tanto, si queremos llevar a cabo un ejercicio de conciencia sobre nuestro consumo, el principal consejo es comprar menos cosas baratas, apostar por prendas de mayor calidad y preguntarse cuál es su impacto social y medioambiental. El reto es recuperar la forma de pensar de nuestros antepasados que apostaban por cuidar o reparar los objetos antes de reemplazarlos, para así reducir el impacto de la actividad del hombre en su entorno.

De esta forma, estaremos un paso más cerca de crear un nuevo modelo de relación entre marcas y consumidores, basado en la perdurabilidad, trazabilidad y transparencia. Este movimiento necesario pretende mejorar un sector que tiene un poder transformador enorme: la moda. 

 VIDEO: La moda del futuro, moda sostenible | Paloma Garcia | TEDxTorrelodones

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